Bares de esports en España: el lugar de ocio para gamers

Hamburguesas con nombre de personajes de videojuegos. Decoración de mundos fantásticos. Pantallas de televisión que no retransmiten fútbol, sino League of Legends, Rocket League o Counter Strike.  Los bares de esports de España se contaban con los dedos de una mano a principios de década. Ahora, es más difícil pasear por las grandes ciudades del país sin encontrarte alguno.

La explicación de su incremento es sencilla: los deportes electrónicos eran algo casi anecdótico hace diez años y ahora se han convertido en uno de los elementos de ocio más importante para jugadores de todas las edades. Su nicho de negocio ya no se limita solo a organización de torneos o clubes, sino que su campo de trabajo es aún mayor.

Eventos que antes apenas tenían lugares donde reunir a un amplio público como el día del Orgullo Friki, las finales de LoL o el May The Forth Be With You (día de Star Wars) ahora pueden celebrarse en esos establecimientos, escenario de reuniones de públicos con gustos similares.

Bares esport Madrid

Lo que empezó siendo un pequeño establecimiento en Valencia, ahora se ha convertido en la primera franquicia de España. OhMyGame! se estrenó en febrero de 2018 en Madrid en una inauguración a la que acudieron jugadores profesionales, periodistas, youtubers e influencers, además de consumidores de videojuegos y deportes electrónicos que vieron sus sueños cumplidos tras poder acudir a un sitio que sentían suyo.

Este coqueto bar tiene una innovadora y curiosa forma de llevarle al cliente sus pedidos a la mesa. Una vez estos ordenan lo que quieren, se llevan uno de los múltiples peluches que tienen en la barra para que el camarero sepa reconocerlos. Todos y cada uno de los productos de su carta llevan el nombre de algo relacionado con el mundillo geek: hamburguesa Nashor, sandwich Pickle Rick, patatas Triforce Fries…

Álvaro Aspas, uno de sus máximos accionistas, asegura que la idea de abrir un bar gaming le surgió cuando vio que apenas había lugares donde seguir los grandes torneos y reunirse con gente con las que compartes aficiones.

“Queremos hacer de OhMyGame! el sitio de referencia para los amantes de los videojuegos y los esports, una segunda casa”.

Bares gaming

OhMyGame! cuenta con un salón con varias videoconsolas para disfrutar con amigos de los juegos mientras comes o cenas, además de una sala de ordenadores en las que suelen organizar cada mes una competición amateur. Explica:

“Los torneos suelen organizarse para jugadores profesionales o semiprofesionales, pero los esports no son solo ellos. La escena amateur también tiene derecho a competir”.

Overwatch, CS.Go, Rocket League, Clash Royale, Smash Bros… no se les escapa ningún juego, cuyo público suele aprovechar estas ocasiones para salir de la comodidad de su cuarto, conocer a gente nueva y enfrentarse presencialmente a ella. Además, también tienen otros eventos de cariz más social, como los clásicos trivial, karaoke…

Incluso cuentan con varias recreativas que simulan a la perfección a las clásicas y que tienen los videojuegos más míticos de la época.

“Los que llevan desde los 80 jugando también quieren que estos lugares se acuerden de ellos, aquí pueden sentirse como si volvieran a la niñez”

Pero no todo es pasarlo bien y jugar. El local también es un lugar en el que se presentan videojuegos, libros o incluso se dan charlas profesionales. Asegura Aspas:

“Tenemos un claro compromiso con los esports, todo lo que podamos hacer para ayudar a crecer al sector es poco”,

Cerca de OhMyGame!, casi en la misma calle Luchana, se encuentra otra de las franquicias de bares esports más importantes a nivel internacional, la francesa Meltdown, que abrió su primer local en 2012 en París y que ahora tiene presencia en más de 6 países de todo el mundo.

https://bit.ly/2VPr5aa

Como en el anterior bar, aquí podrás jugar, charlar o ver tu competición de esports favorita, mientras degustas un plato que lleva el nombre de un personaje de videojuegos o cómics, un pequeño detalle que hace que el ambiente sea más acogedor.

Es habitual que a sus torneos acudan equipos amateurs para probar su nivel de cara a competiciones más profesionales. Incluso las comunidades de diferentes juegos organizan reuniones para poder desvirtualizarse y conocerse en persona.

Centros de esport España

Más parecido a un clásico cibercafé que a un bar al uso es la franquicia Élite Gaming, con más de 11 centros gaming repartidos en toda la península y que cuenta con ordenadores y periféricos de última generación, de modo que los usuarios pueden disfrutar de las mismas prestaciones que un profesional.

Élite es además una parada oficial del Circuito Tormenta, el torneo semiprofesional que organiza Riot Games, empresa de League of Legends. La competición se hizo para que aquellos que quieran profesionalizarse en los esports puedan hacerlo poco a poco con jugadores del mismo nivel. El centro organiza un clasificatorio en el que los cuatro mejores equipos competirán en Gamergy, el festival de deportes electrónicos que se celebra a mediados de junio en Madrid.

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Más centrado en aquel público nostálgico de épocas pretéritas es el Next Level, con un ambiente retro, música en 8 bits y todos aquellos utensilios que recuerdan a los 80. Cuentan con máquinas arcade con más de dos décadas de vida que han sido restauradas para que todo te recuerde a la niñez.

Solo en Barcelona y Zaragoza se encuentra la franquicia Afterlife Esports Bar, un establecimiento que organiza viewing party de las competiciones más importantes de esports, además de dar la posibilidad de que los clientes conozcan a los jugadores de sus equipos favoritos.

Si eres un auténtico gamer deberás anotar todos los bares descritos arriba para poder salir a disfrutar con tu grupo de amigos de un ambiente familiar. Jugar, comer, ver los torneos más importantes del sector… hay muchas cosas que hacer en todos ellos.

Si vives en una ciudad pequeña y vas a desplazarte para disfrutar de esta nueva moda, no te olvides de hacerlo con la seguridad de sentirte protegido en todo momento ante cualquier inconveniente.