“Zelda: Link’s Awakening” vuelve el remake 25 años después

Corría el año 1993 cuando Zelda: Link’s Awakening había irrumpido en el mercado de las consolas portátiles de la mano de Game Boy, siendo la primera de la saga en hacerlo. 26 años después de aquel acontecimiento —y con otro remake mediante—, el título vuelve a Switch con gráficos mejorados, con una jugabilidad similar, aunque más pulida y con easter eggs (sobre todo del universo de Mario) diseñados para aliviar la nostalgia de aquellos que crecieron jugándolo.

Cuando se anunció en el Nintendo Direct del pasado mes de febrero, el público lo recibió con los brazos abiertos, ya que el juego fue uno de los que marcó época. Y no solo por su perfeccionado diseño de los escenarios y sus mapas, sino porque a pesar de no contar con los elementos icónicos de la franquicia (Zelda, Ganon, la Espada Maestra, la Trifuerza…), el título entusiasmó a todos los que lo jugaron.

Otro Zelda para Switch

Zelda: Link’s Awakening será el segundo juego de la franquicia en la Switch después del exitazo de Breath of the Wild, uno de los mayores atractivos para hacerte con la última consola de Nintendo. En él recorreremos la Isla de Koholint, un lugar desconocido, alejado de Hyrule y lleno de peligros al que el protagonista ha llegado después de haber sufrido una tormenta.

Allí, atravesando mazmorras, abriéndote paso de enemigos y resolviendo puzles, tendremos que encontrar ocho instrumentos musicales para despertar a un extraño bicho que corona la montaña principal de la península.

Según lo visto hasta ahora, el título parece reflejar fielmente lo que pudo verse a principios de los años noventa, aunque adaptándolo a las posibilidades gráficas de la nueva consola portátil. El original de Game Boy Color fue una maravilla en todos los sentidos: la música era armoniosa y pegaba a la perfección con la acción del juego, el sistema de niveles se notaba muy pulido e innovador. Así lo atestiguan los datos de venta, con más de 3,83 millones de copias fueron vendidas de este clásico.

La profundidad de la trama, un gameplay diferente y rompedor con los habituales de la época y la variedad de armas suplieron con creces la ausencia de los personajes carismáticos de la saga —solo la princesa Zelda es mencionada superficialmente al principio—.

El hecho, además, de que el título pudiera disfrutarse en cualquier lugar potenció aún más el impacto en el público: la diversión estaba asegurada allá donde fueras. Era la primera vez que Link podía trasladarse a cualquier lugar del mundo con la única preocupación de que las pilas de la Game Boy durasen.

Un viaje accidentado

Cronológicamente situado después de The Legend of Zelda: Oracle of Seasons y Oracle of Ages (aunque estos se desarrollaron en 2001), el título relata las peripecias de Link que, tras encaminarse a afrontar nuevas amenazas, cae estrepitosamente en la playa de una isla desconocida después de que una ola enorme golpeara su barco. Allí la recoge Marin, que la lleva a casa de su padre Tarin para hacerle recuperar la conciencia.

Una vez consigue recuperar sus armas, al protagonista le explican que, si quiere salir de allí, tendrá que hacer que el guardián del lugar despierte de su descanso. Para ello, tendrá que utilizar una serie de instrumentos musicales repartidos por las mazmorras de la isla, auténticos laberintos que son un verdadero quebradero de cabeza. La historia plantea además un profundo dilema: huir de allí y volver a casa implica que la isla desaparezca, con todos sus habitantes incluidos.

Es anecdótica la forma en la que el protagonista tenía que hacer uso de la tienda. De forma que pudiera mejorar su stock de armas, Link tenía que completar unas misiones para desbloquearlas, ya sea pescar, probar la puntería con el arco…

Además, el juego contaba con una serie de pequeños detalles que sorprendieron por el esmero con el que se realizaron. Por ejemplo, había monstruos que cambiaban de aspecto si les esparcías polvos mágicos.

Gráficos mejorados… de nuevo

Es llamativa la apuesta del director del juego, Takashi Tezuka, de crear a todos los personajes con una estética y psicología similar a la serie norteamericana Twin Peaks: que todos los que aparecieran en la obra fueran susceptibles de tener malas intenciones. De hecho, sus ambientaciones son parecidas: lugares remotos y con poca población.

Si de Zelda: Link’s Awakening a su remake realizado dos años después hubo un enorme salto gráfico, el que se producirá ahora no tiene adjetivos para describirlo. En el tráiler se advierte un diseño infantil pero meticuloso y un uso de la iluminación magnífico.

La combinación de Nintendo Switch y Zelda: Link’s Awakening es perfecta, ya que a la hora de salir de viaje es un entretenimiento que hará el camino mucho más llevadero. No te olvides de viajar lo más seguro posible y de disfrutar de tus vacaciones lo mejor posible.