10 años de la saga Dark Souls, el juego que lo cambió todo
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Este septiembre de 2021 se conmemora el décimo aniversario de la saga Dark Souls, un conjunto de obras que cambiaron la forma de entender el videojuego.
Portal 2, Modern Warfare 3, The Elder Scrolls V:Skyrim, The Witcher 2, Batman: Arkham City, Gears of War 3… todas estas obras forman parte del top de videojuegos más sonados de 2011, un año que a simple vista puede percibirse como uno de los mejores en la época moderna. Pero por encima de todos, hay un videojuego cuyas implicaciones fueron más allá de ser uno de los mejores de aquella época: la saga Dark Souls arrancó oficialmente un 22 de septiembre en territorio japonés.
En realidad, sería pretencioso no mencionar la importancia de Demon’s Souls, el título con el que FromSoftware empezó todo, pero que cometió el error de ser exclusivo para PlayStation 3, lo que le impidió llegar al mayor público posible. La idiosincrasia de esta obra fue la que llevó a la fama a la franquicia Dark Souls, que supo beneficiarse de toda la ola de gameplays y retransmisiones en directo que comenzó a emerger por aquella época.
La saga no fue particularmente innovadora en muchos aspectos, pero la forma de entretejer todos sus puntos fuertes es lo que le llevó a ganarse rápidamente el cariño del público.
El método de desarrollar su narrativa, sus mecánicas de combate, el gameplay, su dificultad… no fue algo que el estudio encargado inventara, pero sí logró que todas las piezas del puzle encajaran.
¿Por qué la saga Dark Souls es tan conocida?
Dark Souls es un título de culto. Es un videojuego del que no todo el mundo puede disfrutar y, a pesar de ello, ha estado en boca de todos durante mucho tiempo… y lo sigue estando. Uno de los aspectos que complica que pueda ser jugado por la mayoría del público es su dificultad: los jefes finales y el diseño de niveles en general está pensado para aquel perfil de jugador que es paciente, ágil y que aprende rápidamente a adaptarse a todo tipo de situaciones.
En palabras de Hidetaka Miyazaki, su director, a las preguntas de El Mundo, “este es un juego que va de que los jugadores superen las dificultades y de tener cierta sensación de triunfo”. Aquellos usuarios que solo quieren tener una experiencia de juego relajada, disfrutar de la narrativa sin que nada les frene o no frustrarse ante los obstáculos, no tienen espacio en Dark Souls. Al menos sosteniendo ellos el mando.
Cada nivel era un desafío nuevo. Los enemigos eran muy diferentes y retaban la capacidad de aprendizaje de los jugadores, que eran obligados a aprender cuanto antes la mejor estrategia para derrotarlos. O descubres cómo realizar los ataques adecuados y localizar oportunidades o estás perdido. Y no solo podía matarte un enemigo: los mapas también guardaban sorpresas para los jugadores menos astutos.
Para colmo, las alternativas de ganar eran muchas, en parte porque el arsenal de armas, armaduras, consumibles y magias era gigante, permitiendo a cada jugador encontrar su estilo de juego más óptimo.
La narrativa de Dark Souls, ligada al escenario
Otro de los aspectos en los que consiguió enganchar a los jugadores es en la narrativa. Independientemente de la calidad de esta, su desarrollo era bastante poco común: por los niveles encontrábamos una serie de objetos que nos iban introduciendo en la historia, algo similar a lo que habíamos visto en Bioshock, salvo que en la obra de Ken Levine era algo complementario y en Dark Souls era la base principal y única de su historia. No hay apenas diálogos, no hay cutscenes… y con todo, no se dejan cabos sueltos en Lordran, el universo en el que sucede todo.
Era una forma muy poco intuitiva de construir una trama, pero de esta forma podría interaccionar con más profundidad y fluidez con el mapa. Eso sí, obligaba a los jugadores a explorar con más delicadeza. Como ocurría con las estrategias para matar a los enemigos, había que estar muy atento a todas las posibles señales y pistas en cada rincón.
La estética contribuyó bastante a su éxito. Era un universo medieval con claros tintes fantásticos, pero la forma de abordarse era bastante realista: un mal golpe podía dejarte fuera de combate.
En definitiva, la franquicia Dark Souls supuso un antes y un después en la industria del videojuego. Desde aquel primitivo King’s Field hasta Dark Souls, FromSoftware encontró una idiosincrasia que supo aplicar a la perfección a cada obra que realizaron. Ahí están los ejemplos de Nioh, Bloodborne, Sekiro… Sea la franquicia de juegos más difícil de la historia o no, sigue siendo uno de los más reconocidos del siglo XXI. Y 10 años después de su lanzamiento, sigue estando muy vigente.
Periodista especializado
Colaborador de MAPFRE