‘Sekiro, shadows die twice’ el nuevo juego de From Software
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FromSoftware vuelve a desarrollar una obra que lleva inherente un modelo de marca pero que innova en el sistema de combate y en una mayor verticalidad
FromSoftware sabe impregnar todas sus obras con su sello. Cada uno de los títulos que han desarrollado lleva implícito un mensaje del diseñador al jugador y un gameplay muy personal. Sekiro, shadow die twitce no podía ser menos. Demon’s Souls, Dark’s Souls y Bloodborne fueron sus últimos grandes éxitos, con una excelente crítica de un público muy entregado a la marca.
Sekiro no tiene tan marcado ese sello. Moldea un nuevo sistema de juego con unos patrones comunes a la empresa, como la suma importancia de combinar reflejos y búsqueda de los puntos débiles del enemigo. Lo pule hasta hacerlo muy diferentes a sus predecesores, aunque el boceto sea el mismo.
La dificultad siempre ha sido un denominador común de la desarrolladora. Nunca ha hecho juegos fáciles, llevaderos y con una curva de aprendizaje sencilla. Ni siquiera da pistas de cómo vencer a tus rivales, aunque en esta entrega hay consejos más explícitos. No han sido pocos los que se suelen quejar por esto, aunque en este caso ha tenido más eco en las redes sociales.
Cambio de la fórmula Dark Souls
Cada vez que te enfrentas a un juego de FromSoftware sabes que la adaptación al entorno y a los movimientos y ataques del enemigo es esencial si quieres avanzar en la historia. En este caso es incluso aún más enrevesado debido a que se abren más posibilidades en la lectura de los rivales y se complican las labores de defensa. El parry (defenderte del enemigo con un contraataque) se vuelve aquí más importante que nunca.
Concluir precipitadamente que Sekiro es más complicado, sería no saber leer la impronta de la marca. Tiene nuevos desafíos, como la novedosa forma de esquivar los ataques rivales con más posibilidades, debido a que ya no solo basta con rodar. Pero precisamente eso es lo que quiere FromSoftware. Que aprendamos de los nuevos problemas que surjan y sepamos sobrellevarlos. Morir y aprender, esa es la premisa principal para llegar a una mínima comprensión de los combates, esencial si uno no quiere acabar desquiciado.
El sigilo guarda una especial importancia. El enfrentamiento a cara descubierta no deja de estar presente, pero en más de una ocasión tendremos que aprovechar las alturas o algunos escurridizos huecos para derrotar a nuestro enemigo sin ser vistos.
Y la paciencia también es una virtud que prima en Sekiro, shadows die twice. Espiar algunos enfrentamientos entre rivales podrá concedernos alguna pista sobre cómo avanzar en el nivel o derrotar a los temerosos final boss.
Al contrario que su predecesor, Dark Souls, este juego es en esencia menos RPG. No puedes cambiar de arma principal, no hay clases que elegir y en las que especializarse y lo único que puedes mejorar son nuevas habilidades conforme vas subiendo de nivel.
Jefes finales terroríficos
El estudio de videojuegos japonés siempre ha estado un escalón por encima del resto en el diseño de jefes finales. Formaba parte de su propia idiosincrasia. Son también una columna vertebral del juego.
Cada uno cuenta con una banda sonora diferente, por lo que su importancia se intensifica, otorgándoles una personalidad propia no solo manifestada a través de sus movimientos y ataques.
Saber contraatacar en el momento preciso será imprescindible para poder derrotarlos, así como controlar los nervios, estudiar cómo actúa y no perder la paciencia.
Ninja, como en Tenchu
La popular saga de Tenchu fue el inicio de los que hoy conforman FromSoftware. Como una especie de guiño, se recupera el Japón Feudal para plasmar la atmósfera donde se desarrolla la historia, cuyo protagonista es un ninja. De hecho, incluso durante la incubación del videojuego los creadores estudiaron la posibilidad de retomar la franquicia, hecho que finalmente desecharon quizá por un problema con las licencias.
La máxima autoridad del juego, Hidetaka Miyazaki, no ha escondido que ha sido una inspiración para Sekiro. Los más adultos incluso tienen satisfecha su dosis de nostalgia: la forma de rematar a los enemigos, la gran importancia de las alturas y ataques desde el tejado…
La historia nos sitúa en un ficcional y fantasioso período Sengoku en Japón, una época en la que la guerra civil reinó Japón y enfrentó a diferentes pretendientes al trono y sus séquitos. La mitología también juega un importante rol en la trama.
El protagonista es Sekiro, un ninja que desafía a su mayor enemigo en pos de rescatar a su amo. Los entornos donde se mueve son preciosos, con un diseño espectacular y con una gran influencia sobre el gameplay. Los maravillosos atardeceres, los puentes que conectan desfiladeros vertiginosos, el fuego que poco a poco se come la aldea… Cualquier detalle de los escenarios son complementos que embellecen la estética de la obra.
FromSoftware y sus juegos de moda
Uno de los puntos fuertes de la desarrolladora siempre ha sido su toque a la hora de crear mundos narrativos profundos que apelen a la curiosidad de los jugadores, otorgándoles una dosis de misterio que les incite a continuar la trama. En esta ocasión, Sekiro pone más facilidades para conocer su historia y que uno pueda empaparse de ella al máximo: es más intuitiva, aunque sigue presentándose como nos tienen acostumbrados, a través de las memorias de los jefes finales que derrotamos y de objetos interactivos repartidos por los niveles.
La narrativa también se diversifica. En un punto concreto del argumento, nuestras acciones pueden cambiar el curso de la historia, obligándonos a pasar por escenarios y enemigos diferentes. Esto era habitual en obras anteriores, pero aquí está aún más acentuados si cabe: su final difiere en función del historial de la partida. Esto hace que el videojuego sea totalmente jugable y no sea monótono. Descubrir sus 4 desenlaces diferentes puede llevarnos un total de 40 horas.
Por primera vez, el protagonista tiene voz. Acostumbrados a un personaje customizado que no dialoga con otros interlocutores y que dependía mucho de la imaginación, Sekiro parece sacado de una película tradicional de ninjas. Podría ser, perfectamente, el octavo samurai de Hakira Kurosawa.
Una ciudad estilo victoriana, otra del japón feudal, una medieval… Los juegos de FromSoftware son una oda al conocimiento de las épocas pretéritas y de la historia de diferentes civilizaciones.