The Last of Us Parte II, otro éxito de los que marcan época
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The Last of Us Parte II repite el camino de su antecesor, pero con matices que lo adaptan a la realidad social para convertirlo en una entrega excelente.
Nadie duda de que The Last of Us fue uno de los títulos con más impacto en el imaginario colectivo de la industria. Su impoluto guion demostró que los videojuegos poco tenían que envidiar a las mejores novelas u obras cinematográficas. Su continuación, The Last of Us Parte II, ha seguido su estela.
Y a pesar de no conseguir sorprendernos como el anterior, incorpora elementos que lo acercan a la realidad social y lo convierten en una entrega mucho más humana, incluso cuando se enmarca en un mundo postapocalíptico.
En el plano jugable hay poco novedoso más allá de nuevos enemigos a los que hacer frente, un arsenal de armas mayor y quizá nuevas formas de eliminar a los rivales o despistarles.
Donde realmente se reconoce un profundo cambio es en la personalidad de las protagonistas: Allie no solo es ya una adulta, sino que Naughty Dogs no ha dudado en convertirla en una mujer fuerte e independiente y en un referente para futuras generaciones. Por otro lado, Abby se muestra con una forma de ser y un físico que se correspondía habitualmente con el género masculino. Su rudeza, fortaleza y brusquedad son características que siempre se han vinculado con personajes hombres.
La inclusión y la fácil capacidad para representar perfiles poco comunes han conseguido que el eco de The Last of Us parte II llegue muy lejos. Y todo sin presentar una ruptura con lo que le confirió el éxito. Aun así, la desarrolladora se ha arriesgado con ciertos caminos tomados, algo que al final les ha salido de maravilla. No hay ninguna duda que volverá a estar entre los nominados a ser el juego del año y que recibirá bastantes premios.
Una jugabilidad que mezcla frenetismo y tranquilidad
El gameplay es esencialmente el mismo. Hay importantes inclusiones, como la de un parring para poder devolverle el golpe a los rivales, tanto con un arma de cuerpo a cuerpo como de rango. Y aunque es difícil de acostumbrarse, una vez lo consigues es esencial para conseguir salir victorioso de los combates.
Donde el juego se muestra espectacular es en los enfrentamientos. No hay ninguno similar al anterior, sino que todos cuentan con algo diferente. Si en una zona del mapa te conviene ser más silencioso y actuar sin armar mucho escándalo, habrá otras donde lo óptimo será directamente liarte a tiros. Y aquí, el acompañante, que en el primer título la monopolizaba casi Ellie, deja de ser un simple figurante para ofrecerte ayuda de verdad cuando lo necesitas. Los enemigos también son más inteligentes, lo que confiere un mayor grado de dificultad.
Tenemos de nuevo posibilidad de mejorar nuestras armas, lo que permite remarcar al jugador en su sistema de combate preferido. Si eres de los que disfruta teniendo un perfil silencioso, las pistolas, arco y ballesta serán tus mejores aliados. Si por el contrario prefieres irrumpir y disparar sin control, las escopetas y los rifles pueden ser una gran alternativa.
Y los amantes de la exploración también están de enhorabuena: hay varios coleccionables y trofeos que para conseguirlos has de mirar por todos los recovecos del mapa. Acabará convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza ya que no es solo llegar y recogerlos: algunos se complicarán y tendrás que estudiar concienzudamente cualquier detalle para localizarlos.
Personajes redondos
Pero si hay algo en lo que destaca absolutamente el juego no es solo en un sistema de juego logrado y entretenido. Mención aparte de su exquisita banda sonora, una vez más, y sus gráficos, que reflejan a la perfección un mundo en extinción, donde realmente brilla es en algo más mundano: en la relación entre los personajes y su desarrollo. Y todo, a pesar de que Joel, que ya contaba con el beneplácito y el cariño del público, aparece en segundo plano.
La creación de grupos organizados para sobrevivir a la pandemia, la gestión de las emociones y los sentimientos en situaciones fatales, la resiliencia de las protagonistas y la forma en la que su pasado les ha marcado son la mayor baza narrativa de The Last of Us Parte II.
El contraste es maravilloso. En un universo diezmado por una enfermedad que ha arrasado a la población, donde los humanos se convierten en seres descarnados que luchan por sobrevivir, destacan dos cualidades tan chocantes con el contexto como necesarias: el amor y la empatía. Y donde mejor se exterioriza este hecho es en Ellie, la protagonista, cuya escena del beso acaba teniendo más peso en la trama que otras en las que aparece empuñando un arma.
Porque la violencia en el juego está a la orden del día. Pero no es gratuita. Hace mella en los personajes y no es un simple artificio lúdico para divertir al jugador. Por eso The Last of Us Parte II es un juego único: porque se vende como un juego de acción y disparos, pero, en definitiva, eso es lo menos importante.
En definitiva, esta segunda parte de la historia tiene pinta de volver a acumular en las vitrinas de Naughty Dogs bastantes premios. Desde luego, tendrá varios contendientes que se lo pondrán difícil: Cyberpunk 2077, Senua’s Saga: Hellblade 2, Halo Infinite, Animal Crossing: New Horizons…
Periodista especializado
Colaborador de MAPFRE