Lista de mejores juegos indies españoles
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Desde los más antiguos, como Maldita Castilla hasta Moonlighter, España ha desarrollado juegos indie de gran calidad que han traspasado nuestras fronteras.
La buena salud de la industria española ha sacado a aflorar una buena cantidad de juegos indies con un potencial y una calidad inmensos. Según datos del libro blanco del desarrollo español de videojuegos 2018, España es el cuarto país europeo en consumo de videojuegos, el 9º en el mundo entero. Quizá ese sea uno de los motivos por los que nuestro país produce juegos alternativos con tan buena proyección internacional.
A continuación, presentamos una lista de los 10 mejores juegos indies con sello español, algo difícil de elaborar teniendo en cuenta las grandes obras que se han desarrollado en nuestras fronteras y que nada tienen que envidiar a juegos como Cuphead o Minecraft.
8. Gods Will Be Watching (Decostructeam, 2014)
Difícil, con gráficos simples, pero visualmente atractivos y con un gameplay creativo e innovador: así fue la primera obra de Decostructeam que cautivó a España y al mundo entero. Su historia, llena de flashes al pasado y que obligan al jugador a tomar decisiones morales de gran calibre, lo convierten en una obra obligatoria para todos los fanáticos de los videojuegos.
El título cuenta con una jugabilidad tan ambigua que la única manera de completar las misiones es a partir de ensayo y error, convirtiéndolo en un desafío constante y no solo por su dificultad— que también—, sino por la complejidad de su historia. Sus puzles y la sensación de vivir un reto constante lo convierten en un magnífico juego.
7. Moonlighter (Digital Sun Games, 2018)
Los valencianos de Digital Sun Games jamás podrían imaginar aquel mayo de 2016 que su meta de 40.000$ en kickstarter sería conseguida con tanta facilidad… ¡y que llegaría a los 150.000$! Este RPG con aires de The Bird of Isaac parte de un giro de guion considerable: hay mazmorras, enemigos poderosos, héroes, pero no manejas a ninguno de ellos. Por el contrario, eres un valeroso tendero que ha de encontrar objetos para venderlos en su tienda.
El juego cuenta con una buena variedad de mapas en el que hay incluidos enemigos muy diferentes. Para enfrentarlos, hay que saber elegir el set de armas adecuado y saber conjugar sus habilidades. No destaca por su excesiva dificultad, aunque sí que nos obligará a enfrentarlo con cuidado: cuando morimos, todos nuestros objetos se pierden. Los objetos no solo son importantes para venderlos, ya que el protagonista no escala de nivel, sino que se mejora a través de las armas y escudos con los que se atavíe.
Además de la fase de acción, en nuestra tienda también deberemos ser buenos comerciantes: saber qué objetos poner en los escaparates, a qué precio, qué cantidad de stock tener, aprender de las reacciones de los clientes. El gameplay es original, sencillo y muy atractivo. El dinero que reunamos servirá para mejorar el pueblo.
6. Deadlight (Tequila Works, 2012)
Para muchos, es el primer juego indie que señaló el camino del éxito al resto. Con más de un millón de copias vendidas, la obra de Tequila Works es un ejemplo para algunos estudios indie.
Deadlight es un juego de acción y plataformas ambientado en un mundo postapocalíptico de zombis en el que se encarna a un personaje que deberá huir de las hordas de zombis, y de humanos.
El título traza maravillosamente un juego de luces y sombras: el apartado gráfico, a pesar de ser aparentemente sencillo, se nota muy cuidado y envuelve al jugador en el ambiente a la perfección. La tensión conjuga con los escenarios, la historia no es original, pero sí es bastante buena y los puzles, aunque no son muy complicados, hacen más dinámico el juego.
Destaca más por su elemento de plataformas que de acción: en más de una ocasión será mejor esquivar a los zombis que combatirlos. Su único, pero destacable: la duración. La obra acaba atrayendo tanto que se queda muy corta.
5. Dead Synchronicity (Fictiorama Studios 2015)
Michael es un superviviente en un mundo apocalíptico que despierta con amnesia y sin saber muy bien porqué, convive en una suerte de cárcel. No sabemos nada de su pasado. El juego tampoco nos incita a saber de su futuro, ni siquiera nos fija unos objetivos claros.
Dead Synchronicity es una clásica aventura point and click desarrollada en ambientes putrefactos y donde la vida de los seres humanos pende de un hilo, asolada por una extraña enfermedad. Dividida en cuatro capítulos y con una duración total de 10 horas, la obra pondrá a prueba la moralidad de los jugadores.
Los puzles —algunos bastante enrevesados—, las profundas conversaciones, las relaciones con el resto de personajes y el estilo gráfico lo convierten en uno de los mejores juegos indie…A la espera de una segunda parte. Quizá nunca pueda ir al E3, pero esta obra ha calado entre los seguidores de los juegos que desafían los cánones de la moral contemporánea.
4. MIND: Path to Thalamus (Carlos Coronado, 2014)
Si una vez jugado, MIND: Path to Thalamus parece sencillamente una obra de arte, más impactante es descubrir que fue desarrollado por una sola persona, Carlos Coronado. Su belleza artística sorprende por el mismo extremo con el que se ha tratado a sus escenarios.
El juego narra la historia de un padre roto por sus errores. Con la cámara en primera persona, discurrimos por lo que parece ser su pasado. La base principal del juego son los puzles. Es más, los ambientes en sí mismo son puzles que resolver si queremos continuar la historia, animada por las arengas filosóficas de nuestro protagonista.
Uno de los elementos que destacan del juego es la necesidad de modificar el clima o viajar al pasado para resolver los enigmas que se nos plantean. Para completar MIND: Path to Thalamus, la paciencia y la lógica serán nuestras principales armas. Todos estos elementos innovadores, unido a la potente narrativa, lo convierten en una opción más que interesante para jugarlo y disfrutar.
3. Unepic (Francisco Téllez, 2011)
Otra obra cumbre de la industria española realizada por una sola persona en una época en la que el desarrollo indie era todavía propio de otros países. Unepic narra la historia de un friki aficionado a los juegos y el rol, atrapado en un videojuego. Consciente de ello, el protagonista avanza por las mazmorras haciendo guiños a las obras cumbre de la industria.
Unepic es un RPG que consigue hacer reír al público por sus constantes homenajes a otros videojuegos y su alta ración de sátira. La gran variedad y diversidad de armas eliminan todo atisbo de monotonía: en ningún momento se hace repetitiva la historia.
Aunque gráficamente no esté muy pulido —algo comprensible, ya que el juego está hecho solo por una persona—, hay otros aspectos que lo compensan con creces. La música se acopla al ambiente, el gameplay es sencillo, pero entretenido y la historia engancha.
2. The Red Strings Club (Deconstructeam, 2018)
Deconstructeam ha conseguido con The Red Strings Club plantear debates alejados de los estériles estereotipos de la violencia común, el amor o la cotidianidad. Ambientado en un mundo cyberpunk, el extravagante comportamiento de los protagonistas y sus conversaciones marcarán el rumbo de la historia. Porque el juego es eso: una sucesión de diálogos que conforman la narrativa.
El título relata las peripecias de unos personajes que conviven en un bar y que están afectados por el Bienestar Psíquico Social, un microchip que proporciona felicidad plena a todos los individuos. Es el dueño del bar el que cuestiona la humanidad de ese hecho y quien se conforma como el principal eje de la historia.
Todas las decisiones cuentan en un relato que engancha desde el primer momento. Cuestiones morales de diversa índole se entrecruzarán, incitándonos a rejugar el juego una y otra vez en un afán de descubrir los diferentes finales y las reacciones alternativas de los personajes ante las decisiones que tomemos.
1. Maldita Castilla (Locomalito, 2012)
Cualquier parecido con Ghosts’n Goblins no es casualidad: es claramente un homenaje a una de las obras más importantes del siglo pasado. Este plataformero en 2D, diseñado por el malagueño Juan Antonio Becerra, cautivó al público por su parecido al clásico de las recreativas y por su lord medieval de corte castellana.
Don Ramino es un guerrero que trabaja incansablemente para el rey Alfonso VI. A través de las montañas de Tolomera del Rey, el protagonista tendrá que derrotar a enemigos diseñados a partir de la mitología y literatura clásica europea, como el Quijote loco.
Su estilo gráfico clásico, su sistema de logros y su música arcade hacen de Maldita Castilla una magnífica y entretenida manera de saciar nuestra nostalgia. Como diría el protagonista, hay que disfrutarlo “¡Por Dios y por Castilla!”.
Todos estos títulos han pasado a la historia de los videojuegos de España y son un bien codiciado por muchos. Protege esas auténticas joyas de tu biblioteca y asegúrate de que sufran desperfectos.