The Procession to Calvary, una aventura entre cuadros

Los desarrolladores independientes tienen la difícil tarea de compensar la falta de presupuesto y recursos con un extra de creatividad. El título ha de tener una seña de identidad que permita diferenciarlo del resto y ser reconocido rápidamente. Y esto era algo que Joe Richardson tuvo claro cuando dio forma a The Processión to Calvary, una aventura gráfica point-and-click que discurre entre cuadros renacentistas cuya historia se narra con un humor marcadamente británico.

Es una fórmula muy similar a Monkey Island, solo que la puesta en escena es más que suficiente para considerarla una obra llamativa y digna de captar tu atención. No te prometemos que reirás a carcajadas, pero sí que alguna sonrisa burlona se te asome en determinados momentos de la historia.

Será un viaje por los cuadros de autores como Rembrandt, Botticelli, Bruegel (una de sus obras da nombre al juego) y Michelangelo que te dejarán embobado durante minutos fijándote en cada detalle del mapa. Y encima, estos se acompañan de piezas musicales de autores clásicos —los encontrarás deambulando por los escenarios— que te meten de lleno en la acción.

El título se lanzó en primer momento para PC, pero posteriormente llegaron sus versiones de PS4, Xbox One y Switch. En total, no debería llevarte más de 4 horas completarlo, aunque si eres de los que disfruta recreándose en cada pincelada de los cuadros, es posible que eches alguna más.

The Procession to Calvary, paseando por museos

La trama nos lleva al fin de la Guerra Santa, donde los vencidos son reprimidos y asesinados. El protagonista es un sicario poco cuerdo que trabaja para la realeza y que disfruta de la violencia, justificada o no. Se le ha encargado la cabeza de Heavenly Peter y, para encontrarlo, hemos de hacer todo tipo de misiones en el que tendremos de tomar diversas decisiones que marcarán el rumbo de la historia. Ser misericordiosos o actuar con tiranía será el principal dilema a lo largo de la aventura, y en función de qué decisiones vayamos tomando, obtendremos un final u otro.

Deberás interactuar con el entorno al máximo, conversando con todos los NPC, recogiendo objetos y resolviendo rompecabezas. No te dejes engañar por la estética seria y oscura de los cuadros, porque nada más lejos de la verdad: el videojuego recuerda a una película de los Monty Python, con situaciones rocambolescas (alguna torta tendrás que soltar) y no exentas de sangre ni acción. La sátira acentúa la crítica sobre las consecuencias del fanatismo religioso.

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Fuente: Joe Richardson

Su ambientación es espectacular. Por poco que sepas de Historia del arte, reconocerás varios de los cuadros más famosos del mundo, adaptados y animados para no lastrar demasiado la jugabilidad y el movimiento del personaje.

Es una obra sencillísima, perfecta tanto para los amantes del género como para extraños que se han visto atraídos por la estética y estructura. Es fácil de seguir y, salvo algún puzle que se resuelve de forma inesperada, por lo general es un paseo del que disfrutar de conversaciones delirantes y obras de arte en movimiento.

Por qué deberías jugar a The Procession to Calvary

En un contexto en el que, aunque cada vez hay menos, las aventuras gráficas relatan historias originales o cuentan con un fotorrealismo que poco tienen que envidiar a las grandes películas, esta obra del desarrollador independiente Joe Richardson brilla especialmente. Sabe aprovechar a la perfección la estética y el contexto histórico de los cuadros, los utiliza de forma brillante y original y, por más que la trama no sea muy compleja ni profunda, saca lo mejor de sí con un humor desternillante y absurdo.

Por poco que conectes con él, agradecerás este soplo de aire fresco. Es muy corto y es indudable que siempre lo recordarás: ya sea por su particular puesta a punto o por su humor único. Gracias al increíble trabajo de creadores como Richardson, la brecha entre títulos independientes y los triple A es cada vez más estrecha.