Los juegos de la saga Metal Gear, ordenados de peor a mejor
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Hideo Kojima es uno de los directores más famosos de la industria, en parte por la franquicia Metal Gear: estos son sus juegos, ordenados por calidad.
Se han escrito miles de artículos sobre ella y, posiblemente, haya poco más que decir al respecto. La saga Metal Gear de Hideo Kojima es una de esas joyas que se ha mantenido a lo largo de los años gracias a la figura de su director, al carisma de sus protagonistas y a una compleja trama que implica tantos giros de guion que, en ocasiones, resulta muy complicado seguirla.
En los últimos años no han parado de aparecer rumores acerca de un remake de algunas de las primeras entregas, algo que ha alimentado la curiosidad de aquellos que habían oído hablar de ella pero que nunca la disfrutaron. Si estás pensando en darle una oportunidad, te ordenamos los títulos de la saga principal de peor a mejor.
¿Cuáles son los mejores juegos de Metal Gear?
Metal Gear I — 1987
Es la semilla primigenia de la saga y, de hecho, los más jóvenes quizá desconozcan su existencia. Ni siquiera fue famoso en su momento, sino que con posteriores entregas llegó a revalorizarse. El hecho que saliera para MSX2 y que su gameplay fuera muy diferente a los siguientes no ayudaron a popularizarlo. Ha envejecido bastante mal y jugarlo sería tedioso, pero su historia es esencial para la narrativa de la franquicia.
Metal Gear II: Solid Snake — 1990
Es una versión infinitamente mejorada de la anterior y que ayudó a sentar las bases de lo que veríamos en los próximos años, con mecánicas de sigilo y espionaje mucho más complejas y divertidas. Fue, de hecho, uno de los títulos más vendidos de la MSX2.
Metal Gear Solid 5: The Phantom Pain — 2015
Gráficamente es el más poderoso de todos. El mundo abierto fue un añadido fabuloso y el gameplay no desentona, pero las piezas del puzle no parecen encajar como en las anteriores entregas y se ve como un bonito juego independiente, pero como un mediocre Metal Gear. Quizá fuera la crónica de su muerte anunciada.
Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots — 2008
Se vendió como el exclusivo más prestigioso de la PS3 y realmente cumplió su función, pero pierde la chispa de la saga y parece más un fanservice dedicado a los más nostálgicos. Aun así, fue la obra que dotó de sentido a toda la historia y sirve como base principal, con un veterano Snake cuyas habilidades podemos aprovechar al máximo gracias a su gameplay, que supo explotarlas posibilidades de la consola.
Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty —2001
Esta obra tiene mucha tela que cortar, en primer lugar, porque supuso el estreno de algunos de los personajes más icónicos y después, porque supo sacarle más jugo a las mecánicas de la primera entrega de los Solid. Aun así, no genera la misma sorpresa y se diluye un poco el peso del protagonista.
Metal Gear Solid 3: Snake Eater — 2004
Habría mil y un motivos para darle el oro a esta entrega que salió en varias generaciones distintas, pero hay un aspecto que no se terminó de entender del todo: haber abandonado el orden cronológico para volver a los orígenes de la historia. Salvo eso, todo lo demás es pluscuamperfecto, como su innovador y completo gameplay, que mejoraba sobremanera los vistos hasta el momento y aprovechaba mejor los espectaculares entornos en los que se desarrollaba la acción.
Metal Gear Solid — 1998
En su momento, no había nadie que tuviera la PlayStation 1 que no lo hubiera jugado o visto a alguien jugarlo. En un museo de la consola, estaría entre las obras más apreciadas, porque supuso un antes y un después en la consideración de los videojuegos y que demostró que estos podían estar a la altura de los grandes blockbuster del cine, no solo por la creatividad a la hora de abordar su gameplay sino también por su entretenida y adictiva trama. Varios detalles siguen haciendo de esta una magnífica creación, como la pelea con Psicomantis, que te obligaba a poner el mando en el segundo cartucho para engañarlo.