Curiosidades de Zelda: Tears of the Kingdom
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The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom está diseñado con mucho mimo y detalle: te presentamos algunas curiosidades que posiblemente has pasado por alto.
La continuación de la que hasta el momento era el mejor videojuego de Nintendo Switch no ha decepcionado. The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom se ha ganado con creces convertirse en el título que más copias ha vendido en menos tiempo, superando los 10 millones en solo 3 días. El mapa de Hyrule no solo es extensísimo, sino que en cada rincón hay una sorpresa para ti: ¡te mostramos algunas de esas curiosidades que quizá hayas pasado por alto!
Si jugaste al anterior y te abrumó tener tantas cosas que hacer, ándate con ojo porque en este las opciones se multiplican. No solo tendrás que afrontar todas las misiones de la superficie, sino que a estas se añaden todas las del subsuelo y el cielo: ¡tienes juego para muchos meses!
Si no has terminado el juego aún, es posible que alguno de los datos que te comentaremos a continuación sea un spoiler, así que ándate con ojo.
Cosas que no sabías de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom
Localización de las raíces del subsuelo y los santuarios de la superficie
No todo el mundo se ha dado cuenta y puede ser de gran ayuda si quieres tener el subsuelo descubierto al principio: las raíces que te permiten descubrir todo el mapa están situadas en el mismo lugar que los santuarios en la tierra. Es decir, que si quieres ir a tiro fijo en una zona oscura, te recomendamos marcar todos los templos. De hecho, su nombre es exactamente el mismo… ¡Pero al revés!
Cocinar inspira a Link a cantar la banda sonora del juego
Es imposible pasarte el juego sin cocinar. Para combatir y asegurarnos sustain, nuestro protagonista ha de elaborar algunas recetas que nos den ciertas ventajas de exploración o de combate… y mientras lo hace, el héroe de Hyrule tararea algunas de las canciones más míticas de juegos de la saga, algo que no hacía en el título anterior. ¡Qué recuerdos!
La recompensa por volver adonde todo empezó
El Santuario de la Vida fue el lugar donde nuestro personaje despertó en The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Y como el mapa es exactamente el mismo, las mismas construcciones se encuentran en el juego actual, por lo que podemos visitarla para saciar nuestra nostalgia… ¡Y algo más! Una vez allí, veremos que el Clan Yiga la ha convertido en una de sus sedes. Además, en la iglesia derruida podrás encontrar la tela de la paravela original.
Los pájaros marcan el camino…
En este juego nada está ahí por casualidad. Ser observador y estar atento al entorno puede abrirte muchos caminos. Los pájaros pueden ser un guía excepcional: si miras al cielo y ves una bandada girando alrededor de una localización, te invitamos a que te acerques a curiosear. Lo peor que te puedes encontrar es un enemigo poderoso que te dé mucho loot… o incluso localizaciones ocultas que esconden secretos impresionantes.
… Y los árboles de cerezo, también
En la flora japonesa los cerezos ocupan un lugar especial. La mayoría de estos presenta una pequeña piedra en su base en la que si ponemos una manzana como ofrenda, aparecerá un animal que marcará en los alrededores las cuevas y santuarios.
Las máscaras de los héroes de cada región son únicas
Como en la entrega anterior, en este Zelda tendrás que visitar a las diferentes tribus y ayudarlas en sus encrucijadas. Las misiones están relacionadas con los héroes actuales y del pasado, que portan una especie de casco cuya forma es un homenaje a las bestias divinas de Breath of the Wild.
Los octorok pueden reparar tus armas
¿Cansado de que tus armas se rompan cada poco? A pesar de la posibilidad de combinarlas con otros materiales, estas no son infinitas. Y si tienes una favorita, siento decirte que se acabará rompiendo tarde o temprano… a no ser que te encuentres a un octorok y se la lances para que se la trague: en ese caso, te la devolverá como nueva, por lo que su tiempo de vida aumentará parcialmente.
Los nuevos dragones Gleeok no son tan nuevos
El mapa de Hyrule tiene nuevos enemigos que nos pondrán las cosas algo complicadas: se trata, entre ellos, de los dragones de 3 cabezas Gleeok, unas bestias que sin bien no aparecían en su predecesor, llevan saliendo en la saga desde su primer título. De hecho, la última vez que lo vimos fue en The Legend of Zelda: Phantom Hourglass, hace más de 15 años.