“Aunque me apasiona trabajar en MAPFRE, los videojuegos siguen siendo el mejor trabajo de mi vida”
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#ADNgamer: Comenzó con la Atari y desde entonces no ha podido alejarse del mundo gamer. Raphael Bauer, actual Director de Desarrollo de Negocio para Corredores de MAPFRE, nos cuenta su pasión por este mundo.
Con 42 años y padre de dos niñas de 10 y 3 años, Raphael Bauer es el actual Director de Desarrollo de Negocio para Corredores de MAPFRE. Sin embargo, y como muchas otras personas que día a día trabajan fuera del mundo de los videojuegos, tiene un #ADNgamer que no le permite dejar de lado su amor por este mundo.
¿Cómo empezaste en el mundo gamer?
Considero que fue con la primera consola. Yo creo que fue la Atari, y desde ahí no paré. Siempre me ha apasionado eso de poder jugar y estar con amigos. Y bueno, a partir de ahí he tenido todas las consolas que salían: la Atari, la Nintendo, la Megadrive de 16 bits, luego la de 32, la de 64 bits con Súper Nintendo; y después ya la Play, la Xbox…
¿Qué diferencias encuentras entre las primeras épocas de las consolas y la actual?
Antes era distinto… hay una evolución en los gamers. Hay un tema que siempre se comenta y es que la persona que viene de jugar a los juegos antiguos es diferente que la que juega los juegos actuales, porque antes -como no había la posibilidad de guardar o pausar un juego- entrenabas, entrenabas, perdías y tenías que volver a empezar todo de nuevo. Y entonces, siempre tenías que seguir jugando, tener mucha persistencia. Cada vez que jugabas, eras mejor porque pasabas por la misma fase muchas veces. Y si morías, otra vez a empezar. Cuando conseguía llegar al final de un juego tenía que grabarlo en mi reproductor de vídeo para poder enseñarle a los demás que era verdad lo que había logrado. ¡Y quizás en conseguirlo tardaba 2 meses!
Los niños ahora tienen acceso a tantos juegos, que empiezan uno y lo dejan ahí y siguen con el otro, y así nunca lo terminan, porque pueden pararlo y seguir en otro momento. Entonces no se tiene ahora la tenacidad que antes era necesaria para cavar un juego.
Con esa pasión por los videojuegos, ¿nunca participaste en alguna liga profesional?
Nunca llegué a ir a una competición, pero yo jugaba bien por esa tenacidad de la que hablaba. Aún hoy tengo esa capacidad que creo que es algo que los videojuegos me han enseñado: cuando empiezo algo lo tengo que terminar.
¿Has estado vinculado de algún modo al mundo gamer más allá de la afición?
Con 14 años yo ya estudiaba por la noche, así que durante el día tenía libre, y pasaba mucho tiempo en una tienda de alquiler de videojuegos. Y en esa época jugaba a muchos juegos que ahora incluso han vuelto: Street Fighter, Mortal Kombat, Dungeons and Dragons… Generalmente predominaban los juegos de lucha. Fuera de ese género me gustaban los de carreras o de aventuras que tuvieran algo de lucha.
En ese contexto, un día alguien del personal de la tienda de videojuegos tenía que ausentarse, y necesitaban a alguien que supiera de qué iban los juegos, que se manejara bien hablando de ello, y que si venía un padre lo pudiera asesorar sobre qué juego llevar. Así fue como a los 14 años comencé a trabajar en una tienda videojuegos. ¡Y lo mejor de todo era que me tenía que llevar el trabajo a casa! Aunque me apasione trabajar en MAPFRE, ese sigue siendo el mejor trabajo de mi vida, por supuesto…
¿Sigues jugando actualmente?
Ahora mismo juego muy poco, por tiempo, por ser directivo, pero intento disfrutar un poco más con mi hija, a pesar de que aun las niñas no se interesan tanto por los videojuegos como los niños. Pero tengo una Nintendo Switch que se puede llevar a cualquier sitio y la usamos con juegos de armar robots, más creativos. O también juegos de bailar, que sean de estar un poco menos en el sillón y moverse un poco más.
Como gamer y ahora como padre, ¿ves positiva esta aproximación de los niños a los videojuegos?
El videojuego en sí no es malo, entonces –como cualquier cosa en la vida- como Netflix, las series o lo que sea, yo creo que lo importante es tener una buena educación y una buena guía. Como padre, si puedo sugerir juegos que desarrolle la capacidad de decidir, de raciocinio, del concepto de competitividad, saber perder, de saber ganar, algo que te ayude… pero los juegos pueden ser muy bueno. Pero como todo, hay que tener un equilibrio en la vida. Como mi madre no me dejaba jugar si no había hecho la tarea, lo mismo se aplica para las demás cosas en la vida. Yo hay algunos juegos con los que no estoy muy de acuerdo con lo que enseñan, pero si uno está cerca de su hijo, ve cómo piensa, cómo interactúa con el juego, entonces no veo ningún problema. Es un tema de equilibrio.
De los juegos actuales, ¿cuál es el que más te gusta?
Me siguen gustando mucho los juegos de carrera, pero como ahora juego con niños juego al Mario Kart. El Just Dance no me gusta tanto, pero es uno al que tengo que jugar… Me encantan los juegos de Nintendo de montar tu propio juego. Y, sobre todo, las facilidades que te da la Switch que te permite ir a cualquier lugar y poder utilizarla con más gente. Casi que prefiero eso una súper calidad de 4K. Mejor la posibilidad de jugar con más personas. Si tengo que jugar solo, prefiero los bélicos.
¿Qué valores te han dado los videojuegos para tu desarrollo profesional?
Yo creo que además de la persistencia, la capacidad que más me ha desarrollado es la del raciocinio lógico. Por ejemplo, siempre me han gustado los juegos de descifrar enigmas, de pensar muchísimo qué cosas tienes que hacer, de suspenso, como el Resident Evil… Tener una visión holística de todas las herramientas que puedes tener y de cómo utilizarlas a tu favor para pasar de una situación mala a una situación buena.