Diferencias entre tarjeta SIM, iSIM y eSIM
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Las tarjetas SIM han evolucionado en los últimos años, dando lugar a varios formatos: te explicamos los diferentes tipos que hay.
Desde que el móvil es una herramienta más en nuestra vida, las tarjetas SIM les han acompañado como fieles escuderos. La razón es evidente: sin ella, el teléfono no es más que una tablet u ordenador pequeño. A lo largo de los últimos años han cambiado bastante, y no aludimos simplemente a su tamaño sino también han surgido varios tipos nuevos que ofrecen nuevas prestaciones.
Además de la tradicional SIM, últimamente se usan mucho la iSIM y la eSIM, que parten prácticamente de la misma base: la de romper con la necesidad de utilizar un artilugio físico e integrarla directamente en el teléfono como parte de su hardware.
La ventaja que tiene no es únicamente la comodidad, también la del ahorro energético. Al tener funcionalidades limitadas y no ser un chip, sino que está completamente integrado en el móvil, la energía que usa no proviene de un microprocesador independiente. ¿No conocías los nuevos tipos de tarjeta SIM? ¡Te los presentamos todos a continuación!
¿Qué son las tarjetas iSIM y eSIM y para qué sirven?
Así son las tradicionales tarjetas SIM
La tarjeta SIM es un pequeño chip que se inserta en el móvil o tablet, para establecer una conexión con la red de telefonía móvil de un operador. Esta tarjeta tiene información crucial, como el número de teléfono, los datos del usuario y la autenticación para acceder a la red. Al cambiar de dispositivo u operador, has de insertar la tarjeta SIM, que puedes solicitar a tu compañía. Hay de muchos estilos: normal, micro-SIM y nano-SIM, en función de lo que tu dispositivo requiera.
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Fuente: Flickr
iSIM, las nuevas tarjetas modernas
Se trata de una evolución de las tarjetas SIM tradicionales. Su gran cambio es el fin del componente físico, ya que este está integrado directamente en el móvil. En lugar de insertar una tarjeta, la iSIM se programa directamente en el chip del dispositivo durante su fabricación o después a través de actualizaciones de software.
Gracias a esto se ahorra espacio interno, algo especialmente relevante para dispositivos más pequeños, como wearables o dispositivos IoT (Internet of Things). La iSIM también ofrece la posibilidad de cambiar de operador de manera virtual, lo que resulta beneficioso para los usuarios de modo que no tengan que esperar a que su nueva compañía les mande la tarjeta, agilizando el proceso.
eSIM, la alternativa digital a la iSIM
La eSIM es idéntica a la iSIM en términos de funcionamiento, pero su método de activación es diferente. Al igual que la iSIM, la eSIM no necesita una tarjeta física, ya que la información del operador se carga directamente en el dispositivo. Sin embargo, mientras que la iSIM se programa en el dispositivo durante su fabricación, la eSIM se puede programar de forma remota.
Los clientes tienen la oportunidad de cambiar de compañía simplemente descargando el perfil del nuevo operador a través de una aplicación o escaneando un código QR. Esta característica de programación remota hace que la eSIM sea especialmente útil para los trabajadores remotos que viajan constantemente entre países y que quieran activar una tarjeta de forma temporal.
¿Cuál es el mejor tipo de tarjeta SIM actualmente?
Ten en cuenta que dependerá mucho del tipo de persona y las necesidades que esta tenga. Las SIM normales son compatibles con todos los teléfonos móviles, un plus que irá desapareciendo poco a poco, ya que los móviles modernos no tendrán ranura para ella.
La industria, en continua evolución, hace que las iSIM y eSIM sean más populares por su capacidad para reducir el espacio interno y ser más potentes, por no hablar del hecho de que cambiar de operadora será mucho más cómodo y sencillo. Ambas tienen sus ventajas e inconvenientes, pero es indudable que estas dos serán las protagonistas del futuro.
