Estos son los animes más odiados de todos los que existen

Para muchos, el anime es algo más que un simple hobby. Es compañía, dedicación, formación,  introspección… son huellas imborrables y piezas señaladas de nuestro pasado. Pero no todos los que vemos nos dejan la misma impronta positiva: algunos de ellos se convirtieron en una horrible experiencia de la cual queremos advertirte. Te mostraremos un listado de los animes más odiados para que prevenirte y que vayas preparado si te animas a verlos.

Antes de nada, aclaramos que el gusto es muy subjetivo, pero no deja de ser llamativo que sean muchas las personas que comparten una opinión similar. No hay ningún problema si algunas de las que aparecen en la lista te han gustado, quizá tu veas cosas que los demás no. Pero por lo general, si están es porque su historia es pobre, la caracterización de los personajes no está muy lograda, el dibujo es horrible o por una mezcla de todo.

Los peores animes de la historia

Charlotte

El argumento es llamativo: un joven estudiante es capaz de controlar la mente y cuerpo de otras personas, a las que manipula para obtener sus objetivos hasta que alguien en el colegio se da cuenta de ello. Pero todo lo que subyace a partir de ahí es un desastre. No es que la obra sea mala per se, es que con el potencial que tiene no termina por llegar a ningún lado. Su desarrollo es lento, está demasiado centrado en los vínculos amorosos y su protagonista es horroroso y no tiene carisma.

Mirai Nikki

Es un anime tan polarizado que no tiene término medio: o lo amas o lo odias. Nosotros somos más del segundo grupo: esta obra, que trata sobre una suerte de battle royale entre varios estudiantes, es tan absurda que es complicado incluso mantener la atención sobre ella. Sus elementos gore y de thriller la hacen única, pero la trama y su protagonista son inaguantables.

Eromanga Sensei

¿Te gustan las comedias románticas? Si no quieres acabar quemado del género, nunca jamás intentes ver esta serie. Está llena de clichés, su humor es absurdamente malo y sus protagonistas, odiables. Al menos su argumento es llamativo: un escritor de novelas ligeras descubre que el autor de sus dibujos es la hermana pequeña a la que siempre le había tocado cuidar, cambiando por completo la relación entre ambos.

Tokyo Ghoul

Antes de nada, hay que aclarar que hablamos de su anime, no del manga. Y las críticas vienen tras la temporada 1, que es entretenida y con un estilo de combate rápido y espectacular. Pero después, todo se vuelve muy absurdo: se dan por hecho acontecimientos que cuesta entender sin contexto, la escala de poder no tiene mucho sentido, el protagonista no termina de convencer y la motivación de ambos bandos no parece muy clara. Este manga merece una buena adaptación, aunque haya que rehacerlo por completo.

Black Clover

¿Por qué el protagonista tiene que gritar todo el rato? Este shonen apuntaba alto allá durante su presentación, pero no alcanzó las expectativas que se pusieron en él. Sus arcos argumentales acaban siendo repetitivos, ya que tienen todos la misma estructura: el protagonista cae ante sus fuertes rivales para, antes de perder, aumentar su poder de forma sorprendente y cambiar las tornas. El universo narrativo no genera demasiado interés, los protagonistas son muy planos y sus peleas no son muy allá.

Guilty Crown

Es una serie de ciencia ficción que muestra el lado menos ortodoxo de la política. Tenía todos los ingredientes para convertirse en un anime de éxito, pero su puesta en escena ha sido nefasta. Y todo, a pesar de su estilo de dibujo único y que llama la atención desde el primer momento. Su argumento es muy confuso y deja en el aire muchísimas preguntas que nunca terminan por resolverse.

School Days

Es un anime pensado para adolescentes, con una trama básica y que basa el éxito del protagonista en sus múltiples conquistas amorosas, convirtiendo a la mujer en un simple objeto de consumo. No solo perpetúa los roles de género, sino que para colmo tiene giros de guion que no tienen ningún sentido. Podríamos considerarla la más odiada y no sería ninguna exageración.